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Marta, una vida de servicio
Si hay algo que mueve nuestro corazón día a día es el servicio a Dios. Nos emociona poder ser de bendición para otros y ante todo ser útiles y de bendición en la obra de Dios.
Y justo hoy estaremos hablando de una mujer, que al igual que nosotros, amaba servir.
Bienvenido y bienvenida a Personajes Ocultos de la Biblia. Quédate y conoce más en esto que es: ‘Marta, una vida de servicio’.
Mira el video completo aquí:
Para entender la historia de Marta, la hermana de Lázaro, recordemos que Jesús, como nosotros, tenía personas que le eran muy cercanos. Dentro de todos los que lo seguían, él escogió a 12, y de esos 12 tenía especial cercanía con 3: Pedro, Jacobo y Juan su hermano.
De la misma manera, de todas las personas que seguían y conocían a Jesús tres de ellos eran sus amigos, Lázaro y sus hermanas, María y Marta.
Ahora sí, su historia la podemos encontrar en Lucas 10:38-42 que dice:
38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. 40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42 Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
Lucas 10:38-42
Aquí Jesús estaba visitando a Marta y a María, y mientras Marta servía atareada a Jesús, María estaba sentada a sus pies. Esto incomodó mucho a Marta, de tal manera, que le dijo al Señor en tono de réplica: ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Ante ese comentario, Jesús le responde con el único objetivo de recordarle a ella lo que era realmente importante.
Y qué es eso realmente importante, eso es la primera lección que podemos aprender de la vida de María.
Lección #1: Marta, no dejes que el afán por lograr y alcanzar tus metas te aleje de la presencia de Dios.
Marta estaba tan enfocada y preocupada por cumplir sus metas: que en este caso era darle la mejor atención posible a Jesús, que descuidó algo mucho más importante y eso es la presencia de Dios.
Marta tal vez decía, ahora que llegue Jesús a mi casa, tendrá la mejor comida, la mejor atención, los mejores pasabocas, verá que lo amo por todo lo que estoy dispuesta a hacer por él. Sin embargo, en medio de su preocupación por servir olvidó que el mismo Jesús, Dios hecho hombre, estaba en su casa y quería sentarse con ella a conversar.
Más que el servicio, deseaba que ella estuviera presente, que lo escuchara de forma atenta, que estuviera con él.
Y así nos pasa a muchos de nosotros en la vida cristiana.
Estamos en un afán por lo que que queremos conseguir. Que ser ministros, lograr que la familia se convierta, montar un negocio, ser los mejores en el trabajo, ser los mejores en lo que hacemos, que muchas veces se nos olvida que no podemos permitir que ese afán nuble nuestra visión y terminemos alejados de Dios.
En Mateo 16:26 la Biblia nos enseña diciendo:
Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Pensemos en eso, ¿de qué nos sirve alcanzarlo todo en el trabajo, en el ministerio y en nuestra familia si descuidamos lo más importante y es nuestra relación con Dios? ¿De qué nos sirve ser reconocidos si no somos reconocidos por nuestro padre en los cielos? ¿De qué nos sirven todas las riquezas si nuestro mayor tesoro no es Dios? No sirve de nada.
Salomón, que lo tuvo todo, que alcanzó todo lo que el ser humano puede soñar con alcanzar, que logró ser un gran empresario, terrateniente, tenía riquezas, mujeres, gloria y fama, dijo al final de sus días, en su vejez en Eclesiastés 12:3:
El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
Eso sí es el todo del hombre, el buscar y servir a Dios.
Cuando nosotros vamos a Juan 11:5 encontramos en el inciso a que la Biblia dice:
Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Eso me llama la atención porque la Biblia dice que Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Comienza diciendo que amaba a Marta.
Y la verdad Jesús amaba a Marta con todo su corazón. Amaba la forma en la que servía y en la que dedicaba su vida al servicio de otros.
De hecho también la podemos ver sirviendo 6 días antes de que Jesús fuera entregado para ser crucificado en Juan 12:1-8 donde dice:
Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. 2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.
Jesús amó como Marta le servía pero le dijo algo importante a tener en cuenta: “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42 Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”
Solo hay una cosa necesaria y María ha escogido la buena parte.
Recuerda, no dejes que el afán por lograr y alcanzar tus metas te aleje de escoger la mejor parte.
Lección #2: La fe de Marta era limitada, la experiencia de la muerte de Lázaro impulsó su fe.
En Juan 11:39 dice:
Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.
Antes de morir Lázaro, hermano de Marta y María, como lo narra Juan 11:1-52, ellas le avisaron a Jesús que su amigo Lázaro estaba muy enfermo.
Jesús al escuchar la noticia se quedó 2 días más en el lugar en donde estaba y luego partió para Betania. Al llegar Lázaro ya tenía 4 días de haber muerto. Había pasado mucho tiempo.
Marta lo recibe y le dice: “Si hubieras estado aquí mi hermano no hubiera muerto”, Jesús entonces decide lanzar el primer reto de fe diciéndole: “Tu hermano resucitará”
Y luego continúa diciendo:
25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? 27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Juan 11:25-27
Ahí hubo un primer reto de fe, aunque ella no lo comprendió en el momento.
Luego frente a la tumba de Lázaro, Jesús le lanza el segundo reto de fe diciéndole: “Quitad la piedra”.
Eso era como una locura. Ya habían pasado 4 días desde que Lázaro había muerto. Ya hedía, pero ahí estaba Jesús diciéndole “Quita la piedra”. Ante esta petición, que para ella era extraña, Marta responde: “señor, hiede ya, porque es de cuatro días”.
Y es ahí cuando Jesús le da el tercer reto de fe: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”
Hemos visto como Jesús 3 veces reta su fe. La al decirle que Lázaro resucitará, la reta al decirle que quite la piedra de la tumba y la reta al decirle que aprenda a creer para ver la gloria de Dios.
Y el cuarto, ver a Lázaro salir fuera de la tumba vivo.
4 retos para aumentar su fe.
Así, ante una fe limitada, como la de Marta, Jesús permitió que Lázaro muriera para que ella aprendiera a desarrollar su fe.
De la misma manera, querido amigo y amiga que me escuchas, en muchas ocasiones somos retados por Dios con el objetivo de impulsar nuestra fe.
En diversos momentos de nuestra vida pasamos por momentos difíciles, situaciones dolorosas, momentos inesperados en los que pareciera que Dios se ha olvidado de nosotros. En los que pareciera que Jesús llegó tarde. Sin embargo, déjame decirte que, al igual que en este historia bíblica, Jesús NUNCA, jamás, bajo ninguna circunstancia llega tarde, él siempre llega justo a tiempo.
Y puede ser que lo que estés viviendo sea un reto de DIos para aumentar e impulsar tu fe.
Conclusión
Con esto dicho cerramos el capítulo del día de hoy recordando los dos aprendizajes que podemos obtener de la vida de Marta, la hna. de Lázaro.
- No dejes que el afán por lograr y alcanzar tus metas te aleje de lo más importante y eso es la presencia de Dios.
- Dios siempre está dispuesto a retar tu fe para que aprendas a confiar en él.
Si esta palabra fue de bendición para tu vida, compártela con más personas para que ellas también sean bendecidas por la palabra de Dios. Síguenos en nuestras redes sociales y que Dios te bendiga. ¡Nos vemos en una próxima ocasión!