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El acto de amor de María, la hermana de Lázaro
¿Serías capaz de dejar todo lo que tienes que hacer, todas tus responsabilidades, durante 1 semana para tener un encuentro con Dios?
Aunque parezca extraño hubo una mujer en la Biblia que en medio de un tiempo de muchos compromisos decidió detenerse para tener un tiempo de intimidad con Jesús.
Estamos hablando de María, la hermana de Lázaro. Y hoy en este capítulo de Personajes Ocultos de la Biblia estaremos conociendo más sobre su vida y su acto de amor.
¡Quédate conmigo en esto que se titulo: ‘El acto de amor de María, la hna. de Lázaro’!
Mira el video completo aquí:
¡Me encanta poder estar en este espacio contigo! Soy tu hna. en Cristo Karen Zapata y como les mencioné hoy hablaremos sobre el acto de amor de María, la hermana de Lázaro.
Entonces comencemos diciendo que en la Biblia se nos habla de 6 Marías en el nuevo testamento.
- María, la madre de Jesús, siempre identificada con claridad por el contexto.
- María, la madre del Apóstol Jacobo (llamado ‘el menor’, Mr. 15:40) y esposa de Cleofas (Jn. 19:25),a quien se lo puede identificar con Alfeo (Mt. 10;3; Mr. 3:18; Lc. 6:15).
- María de Betania, hermana de Marta y de Lázaro, mencionada por nombre sólo en Lc. 10:39; Jn. 11; Jn. 12, pero por alusión en Mt. 26:7; Mr. 14:3-9
- María Magdalena, una mujer de Magdala, “de quien (Jesús] había echado siete demonios” (Mr. 16:9). Nunca se la menciona sin la identificación “Magdalena”, y no se la debe confundir con la mujer pecadora que ungió los pies del Salvador en una ciudad de Galilea (Lc. 7:36-50).
- María, la madre de Juan Marcos y hermana de Bernabé (Hch.12:12).
- María, una cristiana de Roma a quien Pablo envía saludos (Ro. 16:6).
De todas estas increíbles mujeres hoy hablaremos de María de Betania, la hermana de Marta y Lázaro, aquel hombre que fue resucitado a los 4 días de haber muerto.
¿Qué podemos aprender de ella? Y, ¿cómo podemos crecer en Dios a través de su historia? ¡Vamos a descubrirlo! Y para ello hablaremos de 2 características fundamentales que podemos aprender de la vida de esta mujer.
María nos enseña que más que nuestro servicio, Dios desea nuestra atención y devoción
La historia de María, la hna. de Lázaro se introduce en Lucas 10:38-42 que dice:
38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. 40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42 Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
Lucas 10:38-42
Aquí podemos ver la historia de dos mujeres, Marta y María.
María era una mujer pasiva, tranquila y entregada, mientras que Marta era activa y siempre en movimiento.
Jesús, había desarrollado durante su ministerio una amistad con ellas dos y con su hermano Lázaro. Entrar a su casa, sin las multitudes, era una muestra de la intimidad que había entre ellos y el Señor Jesús.
Tal era la intimidad que al recibirlo en su casa, María pudo sentarse a los pies de Jesús y Marta tuvo la confianza de pedirle, a modo de crítica, que exhortara a María para que se colocara de pie y le ayudara a servir.
Ahora, en medio de todo este episodio podemos ver el retrato de dos mujeres, una enfocada en lo que le correspondía hacer, en aquello que era su deber y era servir. Y otra mujer que aunque sabía que servir era su deber prefirió sentarse a los pies de Jesús a escuchar su palabra.
Y ante la crítica de Marta, Jesús da una respuesta que nos deja mucho por aprender y que María había escogido la mejor parte la cuál no le sería quitada.
Así, volvemos al primer aprendizaje alrededor de la vida de María, y es que Dios ama más que nuestro servicio, nuestra devoción y atención en su presencia, nuestro anhelo por escucharlo y por vivir para él.
Así mismo nos pasa a nosotros como cristianos. Muchas veces tenemos compromisos, en el trabajo, en la familia y ante todo en la iglesia. Servimos, y servimos, y servimos, y no nos estamos dando cuenta que más que un servicio Dios prefiere que aprendamos a estar en su presencia, en su intimidad con él.
En Cantar de los Cantares hay un texto que me fascina y que muestra la realidad y el peligro de descuidar nuestra intimidad con Dios por concentrarnos solo en el servicio y se encuentra en Cantares 1:6c:
Me pusieron a guardar las viñas; Y mi viña, que era mía, no guardé.
Cantares 1:6c
Y muchas veces nos sucede así como a la Sulamita, estamos tan prestos, enfocados y dedicados a guardar la viña, la vida espiritual de quienes nos rodean, de servirles, de ser de bendición para ellos, que nuestra viña, nuestra propia vida espiritual se ve descuidada.
El tema es que a veces le reclamamos a Dios como Marta lo hizo diciéndole: ‘¿No te das cuenta que me están dejando servir sola?’. Sin embargo, ahí es donde debemos recordar que más que nuestro servicio, Dios desea vernos y encontrarnos siempre en la intimidad.
Podemos servir a Dios sin descuidar el sentarnos a sus pies. Marta pudo servir algo sencillo, y sentarse a los pies de Jesús como María nos enseña.
Podemos hacer lo uno, sin descuidar lo otro.
María, la hna. de Lázaro, se esforzó por preparar el camino del Señor, y lo hizo derramando su mayor tesoro
En Juan 12:1-8 se nos dice:
Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. 2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. 3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. 4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: 5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? 6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. 7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. 8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.
Juan 121-8
Aquí tenemos otro encuentro entre María, sus hermanos y Jesús.
Se nos dice que 6 días antes de la pascua, es decir, unos 6 días antes de que Jesús fuera entregado a las autoridades y fuera crucificado.
Era un momento clave y decisivo en su historia, y antes de llegar a Jerusalén decide quedarse en Betania en casa de sus amigos. Ahí mientras compartían ocurrió algo que cambió la conversación por completo.
María, la hna de Lázaro, toma su perfume de nardo puro, un perfume costosísimo, y ungió los pies de Jesús y los enjugó con sus cabellos. Ahora, hablando de este suceso, Mateo y Marcos nos cuentan que ella derramó el perfume sobre su cabeza.
Cuando nosotros retrocedemos a mirar esto podemos darnos cuenta que los perfumes eran un utensilio de valor para las mujeres. Generalmente lo guardaban para el día de su boda, que era uno de los días más importantes para ellas.
Así que María, habiendo guardado este tesoro durante mucho tiempo para un día importante decidió que aquel era el día en que debía ser derramado y utilizado.
¿Por qué? Porque ella ya había escuchado a Jesús hablar sobre su inminente muerte, y aunque los discípulos no habían comprendido sus palabras y no las habían asimilado, María después de estar a los pies de Jesús había comprendido lo que Jesús haría por la humanidad y decidió preparar el camino del Señor ungiendo su cuerpo para la sepultura.
Cuando nos vamos a las escrituras en Marcos 16 nos podemos dar cuenta que las mujeres no pudieron ungir al Señor porque al llegar ya Jesús había resucitado. Así que este momento, en la casa de Lázaro, era la oportunidad en la que él podía ser ungido y María aprovechó el momento para servir y preparar el camino del Señor.
Es que podemos servir, podemos hacer aquello que se nos ha encomendado, podemos entender nuestro llamado sin perder la intimidad con nuestro Señor Jesús.
Esto nos enseña que debemos entender a qué hemos sido llamados, preparar el camino para nuestro Señor Jesús dándole nuestra vida.
Salgamos a predicar, anunciemos las buenas nuevas en nuestro trabajo, universidad, a tiempo y aparentemente fuera de tiempo, porque así estaremos, como lo hizo María, preparando el camino del Señor hasta que él vuelva.
Conclusión
Con esto dicho cerramos el capítulo del día de hoy recordando los 2 aprendizajes que podemos obtener de la vida de María, la hna. de Lázaro y de sus actos de amor:
- Más que nuestro servicio, Dios desea nuestra atención y devoción
- Debemos aprender a preparar el camino del Señor para su regreso. Así como María se esforzó por preparar el camino del Señor ungiéndolo con perfume de nardo puro para su sepultura.
Es tiempo de servir y vivir para Dios, no con afán y ansiedad, sino con amor y entregando nuestros mayores tesoros para la gloria de su nombre.
Es tiempo de ser el sacrificio vivo que Dios desea ver en nosotros.
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